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Mis series favoritas para desconectar de la oposición

Todas las opositoras necesitamos un descanso al cabo del día, para no perder la cabeza principalmente…

Disfrutar de nuestro tiempo libre es súper importante, aunque ese tiempo, a veces, sea muy poco. En mi caso, como ya os he dicho muchas veces, me gusta disfrutarlo con mis hijos y mi marido.. y con toda mi familia. Pero voy a ser franca, también necesito mis momentos de soledad. En estos ratos leo, medito, veo series…

Hoy me apetece contaros mis series favoritas. No es muy profunda mi manera de desconectar, pero es muy válida, y muy habitual… jeje

Allá voy con mis series…

  1. The Walking dead. Recuerdo cuando compramos nuestra primera SmartTv.. Nos metieron por los ojos un mes de prueba con Netflix. Yo, muy ingenua, pensé: “lo pruebo y cuando se cumpla el mes lo quito”. Fui muy tontorrona al pensar esto.. Me vicié de tal manera a la serie que continué, y ahí sigo. Al principio, que fuera de zombies no me atraía nada de nada. Pero después me di cuenta de que los muertos eran lo de menos. Lo que importaba era la sociedad viva, ver como reaccionaban, su generosidad o egoísmo… En fin, muy buena serie. Me sorprendió muy gratamente.
  2. Lost. Esta serie es especial, porque fue la primera que vi junto a mi marido. Alberto es catalán, yo madrileña. Cuando nos veíamos, se llevaba su ordenador, y veíamos esta serie juntos en la cama del hotel. Un plan sencillo, pero genial. El final de la serie me desilusionó un poco, pero merece la pena verla. Os la recomiendo si aún no la habéis visto.
  3. Suits. Serie de abogados, con Harvey como protagonista. Es una serie que no tiene demasiada sustancia, la verdad. Pero me enganchó. Tiene conflictos de abogados, amor…Una novela en toda regla.
  4. Ozark. Es una serie en la que una familia se convierte en cómplices de narcotraficantes, blanqueando su dinero. Los actores son geniales. Sobre todo la prota. Habla sin hablar, y o te cae muy bien o la odias. Además del narcotráfico hay emociones por medio que hacen peligrar a la familia muchas veces. Totalmente recomendable. Aún está por estrenar la última temporada.
  5. Daredevil. Sí, es de Marvel. En mi casa hay dos personas locas de Marvel. Mi hijo y mi marido. Cuando comencé a verla no lo hice con entusiasmo. A mi los súper héroes como que no… Pero no es la típica serie de luchas, tiros, salvar al mundo… Hay mucho más. Y me enganchó.. Otra serie que ví con mi marido.
  6. This is Us. ¡Oh, que bonita es esta serie! Es emocionante, romántica… Me falta una temporada por ver… Si la queréis ver está en Amazon.
  7. Anatomía de Grey. No podía faltar, la eterna serie de médicos. Digo eterna porque lleva tropecientas temporadas. Me las trago todas. A este paso la doctora Grey irá con bastón.
  8. Breaking Bad. Tremenda es esta serie. Simplemente sublime. ¿La conocéis? No os cuento nada, buscadla en Netflix. Y después me contaís.
  9. The wire. Un clásico de los clásicos. Yo la vi en HBO, hoy no sé si la siguen teniendo en su catálogo. Es antigua, pero es una maravilla.
  10. Vikings. Otra de las que me sorprendió gratamente. A esta serie me enganché gracias a mi hermana. Muchas de las que veo me las recomienda ella. Con Vikings aprendí mucho sobre la cultura vikinga. Tiene acción, amor, odio… de todo un poco. En Netflix la teneis entera.
  11. Outlander. ¿Os gusta el romanticismo? Ésta es vuestra serie. A través de un viaje en el tiempo, se encuentran los dos protagonistas y surge una bonita historia de amor, con sus idas y venidas…

En versión subtitulada siempre

Un día mi marido me propuso ver Lost en versión original subtitulada en español. Yo me negué varias veces, pero al final accedí. Al principio me costó habituarme. Pero ahora no veo una serie extranjera doblada, ni loca. Pierde todo su encanto, en mi opinión.

Fijaos hasta donde llega mi manía por verlo todo en versión original, que “El juego del calamar” la vi en coreano…

Las series inglesas y americanas nos ayudan a aprender inglés. Os recomiendo encarecidamente que lo probéis…

¿Me recomendáis series? Os leo!!

Un abrazo!

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SuperOpobox Marzo 2022
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Doce cosas sobre mí

Foto miedos

Todos tenemos una personalidad, una manera de ser. Y, obviamente, todos tenemos nuestras peculiaridades. Hoy me apetece contaros las mías. Ups, es un post un poco íntimo o personal… Pero da igual, me encanta contaros mi vida tal y como es.

Cuando era niña lo pasé muy mal con algunas de las cosillas que os escribo a continuación, pero como he dicho muchas veces, tenemos que conocernos, aceptarnos y mostrarnos tal y como somos. Así que… allá voy.

Foto angela

Así soy yo

Comienzo a relatar cosas que me definen:

  1. Necesito ciertos aromas en mi día a día. Me explico… Para mí ciertos aromas son muy importantes, casi vitales. Por ejemplo, el de mis hijos, de mi almohada, de mi marido, de mi madre.. Siempre que estoy nerviosa, acerco mi nariz a cualquiera de ellos y me relajo. De hecho, siempre que duermo fuera de casa, o bien llevo mi almohada o bien la funda de la misma. Supongo que esto es aromaterapia.
  2. Odio no acabar los bolis. Por esto tengo muchos sin estrenar. Porque hasta que no acabo uno no empiezo otro. Sí, soy friki. Adicta a la papelería, como ya sabéis y acumulo bolis sin empezar, porque acabo todos (o casi todos)
  3. No soporto que me miren mientras hago cosas. Esto es algo que me molesta mucho, muchísimo. Cuando me siento observada no hago las cosas bien, como me gustaría a mí hacerlas. Y esto lo ha heredado mi hija. Ambas nos enfadamos cuando nos “vigilan”. Hasta en mis trabajos, si el jefe prestaba atención a mi labor, me ponía de los nervios.
  4. No me gustan los eventos como bodas, comuniones, bautizos… Me dan pereza jeje. Saludar a tanta gente que apenas veo… Soy poco sociable, me temo.
  5. Odio muchísimo las discotecas, su ambiente. La música alta me marea. Me gusta poder hablar con las personas sin tener que dar voces. Creo que he ido a dos en toda mi vida y tengo 42 años.
  6. No bebo nada de alcohol. Cuando conocí a mi marido probé una cosa que se llama Malibú, creo recordar que es ron. Y como es muy dulce me encantó, con zumo de piña. Pero no lo he vuelto a beber. Quizá un par de veces. No me gusta ni el vino, ni la cerveza, ni el cava… Jolín, me estoy dando cuenta de que soy rara…
  7. Por favor, no fumes a mi lado. El olor a tabaco es odioso para mí. Además de lo nocivo que es para la salud.
  8. Soy hiper mega golosa. Me puede el dulce. No dejes a mi lado batidos de chocolate porque no dejo ni uno.
  9. Me dan mucho miedo los perros. Ya sé que no hacen nada la mayoria de ellos. Creo que la frase que más he escuchado en mi vida es: “si no hace nada…” Supongo que los miedos son irracionales, y aunque yo sepa que no me va a morder, no puedo remediarlo, me da pánico. Ahora intento no evidenciarlo para que mis hijos no lo imiten…
  10. Me gustan los programas de cotilleo. Esto no es muy inteligente contarlo jeje,, pero no me importa. Esos programas me hacen desconectar de mis cosas para ocuparme de las bobadas de los famosos. Mi marido siempre me dice que hacen teatro. Obviamente es así, y lo sé, pero me gusta. Al fin y al cabo las series tampoco son reales y las veo.
  11. Si alguien quiere hacerme muy feliz sabe que tiene que regalarme un libro. Da igual si es de bolsillo, gordo o delgado, pasta dura o blanda. Adoro los libros. De hecho tengo tantos por leer que no sé ni que hacer con ellos. Libro que me gusta, libro que compro. Y con el poco tiempo que tengo… los acumulo.
  12. Me cuesta mucho verme en fotos. Mi cuerpo no me gusta. Aunque estoy creciendo personalmente y dando pasos pequeños y a la vez impresionantes en este área de mi vida. Estoy aprendiendo a quererme poco a poco.

Y aquí lo dejo por hoy. Podría escribir un libro con mis rarezas.. pero no quiero aburriros.

Foto libro mama

¿Me contáis vuestras cualidades o peculiaridades?

Ya… ya sé que algunas cosas son muy raras. Pero así soy yo, y quería que me vierais tal cual.

Gracias por leerme siempre!!!

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Cómo decidí emprender siendo opositora

Luchar por tus sueños

Como decidí emprender

Hoy os cuento como, una opositora y madre de dos monstruitos, decide iniciar un proyecto como Opobox.

Lo cierto es que yo de empresaria tengo poco. Soy más bien de tener un sueldito seguro cada mes. Pero mi marido tiene un carácter emprendedor (que a veces me pone muy nerviosa). No puede estar sin proyectos nuevos. Su mayor afición son las finanzas, marketing y negocios…

El caso es que uno de esos días en que le da por pensar en “montar algo”, me preguntó a mí. ¡Oh sorpresa! Me pregunta a mi que no tengo ni idea.

¿Qué le contesté? Que la papelería sería buena idea. Al principio fue muy incrédulo.

¿Papelería? ¿A quién le gusta la papelería? Me preguntó sorprendido.

¡A mí!, le dije yo. A mi y a miles de personas. Somos muchas las locas por los artículos de papelería.

Éste fue el inicio, así comenzó todo. Una vez que Alberto se convenció de que era buena idea, y que podríamos intentarlo, era obvio que me necesitaba… El no sabe nada de nada de papelería. Le sacas del boli azul y se pone malo. Cuando me lo propuso sentí una mezcla de nervios, miedo e ilusión.

¡Qué no, qué no, yo no soy empresaria! Así le contesté. Cuando quise darme cuenta estaba eligiendo el material de la caja de Julio de 2020. ¡La primera Opobox!

Nunca me lo pase tan bien trabajando

¡Qué buena idea tuve! Me lo paso genial. Es un trabajo que me encanta. Me paso el día entre bolis, notas adhesivas, rotuladores… El sueño de mi vida.

Recuerdo que cuando era niña e iba a una papelería, soñaba con tener un expositor de bolis todo para mi solita. ¡Y ahora tengo muchos más! Aunque no son todos para mí, me quedo mucho material. Así de friki soy…

Creo que a veces mi marido se arrepiente de haber creado Opobox conmigo…

Y así fue, de manera resumida, como salí de mi estupenda zona de confort para entrar de lleno en un sueño.

Un sueño que requiere trabajo, tiempo, y sacrificio. No tengo días de fiesta, pero todo tiene su momento, y merece mucho la pena. Soy muy afortunada.

Cuando alguien hace lo que quiere es feliz. ¿Sabéis por qué? Cada mes tengo los mismos nervios por saber si os gustarán vuestras cajas. Y esos nervios me hacen sentir viva. Y buscar con más ilusión vuestras cositas.

Soy como los actores cuando salen al escenario con las mariposas en el estómago..

MORALEJA: TRABAJAD EN VUESTROS SUEÑOS

Mi consejo es…. “lucha por tener lo que deseas”. La vida no tiene porque ser aburrida o dejar pasar el tiempo. La vida, con un poquito de esfuerzo, puede ser lo que queramos.

Esto aprendí yo con Opobox, entre otras cosas. Me costó salir de mi zona de confort, soy un poco cobardica. Pero di el paso y no me arrepiento en absoluto.

Opobox puede ir bien, pero también puede ir mal. Si algún día va mal, nadie me quita lo que he aprendido. Ni haberos conocido a todas.

Ni, por supuesto, el hecho de vencer mis miedos y dar un paso más hacia una vida plena (llena de bolis chulis)

Así que, lo dicho, no tengáis miedo a dar pasos. Y si tenéis miedo darlos con miedo. Porque es mejor intentarlo y “fracasar”, que nunca intentarlo.

Vivir es mucho más que ver pasar el tiempo por delante. Soñad en grande, pero recordad que para cumplir sueños a lo grande, hay que trabajar a lo grande.

Ya sabéis que si os soy útil en algo me tenéis aquí.

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La salud mental es vital

El post de hoy es un poco especial. Porque alguna de vosotras me lo habéis pedido y porque es terapéutico para mi.

La salud mental es minusvalorada, millones de veces, por la sociedad. Pero eso no la hace menos importante que la salud física.

Os voy a contar mi evolución en este área de mi vida.

La adolescencia es una época difícil

Con trece años tuve una depresión horrible. No me faltaba nada y tenía lo más importante: el amor de mi familia. Pero yo estuve muy enferma, pensaba de mí misma que no valía nada, que no merecía a mi gente. Pensamientos negativos y horrendos que me metía en un hoyo muy hondo y negro.

Ese agujero se convirtió en mi “hogar”. Un hogar sin luz que iluminara los millones de defectos (la mayoría irreales) que yo observaba en mi. Terminé estando muy agusto ahí metida.

No sé si les pasa a todas las personas que sufren depresión, pero yo tenia miedo a curarme.

¡Sí! Tal y como lo lees. Es más fácil estar enferma, no salir a flote, que la lucha contra mí misma. En esta batalla siempre perdía yo.

Un día, no sé muy bien como, cambié el chip. Permitidme esta frase tan superficial. Me dí cuenta del sufrimiento que provocaba en quienes me rodean. La enfermedad me convirtió en una persona muy egoísta que no veía más haya de mi propio sufrimiento.

Salir del hoyo, primer paso

Salí del agujero, comencé a sentirme mejor, pero no estaba sanada aún.

Durante muchos años anduve en un alambre. Me tambaleaba continuamente. No había equilibrio en mi mente. El vértigo que me amenazaba a cada movimiento o cambio me hacia polvo.

Al cabo de un tiempo conocía mi marido. Él me animó, muy inteligentemente, a ir a terapia. Y lo hice porque confío plenamente en él.

Fue la mejor decisión que he tomado nunca porque puedo decir que ahora sí estoy bien. Obviamente tengo momentos malos, pero ahora tengo herramientas para no entrar de nuevo al hoyo.

También quiero mencionar a mi hermana. Ella me ha ayudado mucho diciéndome siempre la verdad. Jamás me ha endulzado nada para hacerme sentir mejor. Ella me muestra la realidad. Realidad que no era tan mala como yo pensaba,

Conocerse a uno mismo, segundo paso

Mi psicóloga me enseñó a conocerme sin miedo. ¿Cómo puedo querer a alguien a quien no conozco? A partir de mi autoconocimiento empezó mi proceso de amor propio. Sigo en él. Aún no me quiero como debería hacerlo. Pero lo más importante es que ahora soy consciente de la necesidad de autoestima para se feliz.

Fuera tabús. La terapia psicológica es necesaria

Si alguien que lee este texto se encuentra mal emocionalmente, que se haga un favor. ¡No sientas vergüenza y pide ayuda!

Las personas que te aman pueden ser (y de hecho lo son), un gran apoyo. Pero un profesional te cura, siempre que tu quieras naturalmente.

¿Verdad que si te duele una muela no sientes vergüenza? ¿Verdad que no aguantas estoicamente el dolor? No, vas al médico. Es lo lógico. Pues con la salud mental es exactamente lo mismo.

Puede que vayas a varios hasta que conozcas al profesional que te va a ayudar, pero no desistas. Mereces estar saludable, mereces ser feliz.

Soy de la opinión de que en el cole deberían enseñar a los niños sobre inteligencia emocional. Al fin y al cabo se trata de una inteligencia más que se puede aprender y desarrollar.

Aprender a lo largo de la vida sobre nuestras emociones y como controlarlas es de vital importancia, para mí lo es.

Las emociones no son más que la expresión de lo que sentimos, nos alertan de que algo va mal (cuando son emociones negativas).

La tristeza, creo que la más común entre las emociones negativas, nos avisa de que algo ocurre en nosotros. Y también es una manera inconsciente de hacer ver a los demás que estamos mal.

Por eso.. si conoces tus emociones, y sabes como dominarlas, conseguirás un equilibrio mental.

Un psicólogo puede ayudarte a hacerlo. Tienes que ir con la menta abierta y mucha confianza. La misma confianza que tienes en un dentista o un oncólogo…

Si necesitas ayuda o apoyo me ofrezco a acompañarte en tu sanación. Dentro de mis limitaciones, aquí estoy para ayudarte. No dudes en ponerte en contacto conmigo. Por instagram, mail… Como tu prefieras.

Un abrazo muy fuerte y para adelante!!

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Soy la opositora más maniática del mundo

Sí, tal y como le lees. Tengo muchas manías. Supongo que no soy la única. ¿Vosotras también tenéis?

Desde muy pequeña he sido muy maniática con mis cosas de estudiar y de leer. Aunque creo que en cuanto a manias me gana mi hermana…

En el cole tenía un compañero que me pedía un lápiz casi cada día, y omg! Lo mordía. Yo me quería morir cuando me lo devolvía mordisqueado. Así que tomé la sabia decisión de no tirar el lápiz mordido, llevarlo siempre en el estuche, y dárselo siempre que me lo pidiera. Lo envolví en papel de aluminio, y ahí iba yo con el lápiz mordido para mi compañero.

A ver quién me gana…

  1. Me gusta ver como se acaba la tinta de los bolis. ¡Sí! Me encanta. Por eso soy fan de los bolis Bic Cristal de toda la vida. Cuando termino un boli, hasta el final, soy feliz. Lo contemplo y me siento realizada….
  2. Me encanta escribir en los cuadernos, cuando toca escribir en la hoja que deja el muelle a la izquierda. ¡Qué gozada! Parece que estreno cuaderno cada vez que escribo ahí.
  3. No soporto que se doblen las páginas de los libros. ¡Para mi es un sacrilegio! Para saber por donde vamos existen los marcadores, señores. Ahora me he aficionado a los marcadores magnéticos. Por esta manía no suelo prestar mis libros…
  4. No quito las pegatinas a los bolígrafos nuevos. ¿Por qué? Porque no me gusta el pegamento que se queda. Prefiero tener la pegatina. ¡Así soy yo!
  5. No soporto el ruido de los rotuladores cuando escriben los demás cerca de mí. Se me ponen los pelos de punta solo de pensarlo. Mi hijo aprieta muchísimo y el ruido que hace me pone malísima.
  6. Lavo con agua y jabón las gomas de borrar. Cuando era niña se me manchaba en el estuche con la punta del lápiz y no lo aguantaba. Así que la lavaba cada día. ¡Qué friki soy!
  7. Mientras estudio, tengo que tener al lado una hoja en la que hago cubos. Es decir, figuras geométricas, sin parar. Adoro las matemáticas y mi cabeza está siempre llena de figuras geométricas y lógicas que no para de memorizar. Para no llenar mis apuntes de “rallajos”, tengo hojas aparte,
  8. Firmo cada una de mis hojas, en la esquina inferior derecha. Esta manía no tiene explicación ninguna. Lo hago porque sí, sin motivo…
  9. Ah!! Nunca me rompas la capucha de un boli o te dejo de hablar de por vida. Mis bolis tienen que estar intactos y sus capuchas también. Eso de partirlas… nunca lo entendí.

Podría contaros cientos de manías o costumbres. Ya sé que parezco rara, pero estoy segura de que si pensáis un poco vosotras también tenéis alguna. Como poner el folio torcido o recto a la hora de escribir. O poner los bolis colocaditos junto al folio….

Quizá coincidáis con alguna de las mías. Quién sabe…

Al final son sólo hábitos que adquirimos en tantos años de estudio y que nos hacen más cómoda esta carrera de fondo. Nuestra mente se acomoda a repetir rituales que nos facilitan la concetración o la motivación. Y cambiarlos puede hacer daño a nuestro rendimiento. Así que.. ¿por qué cambiarlo?

Seguiré, pues, corriendo el riesgo de ser friki o parecerlo, mientras me ayude a mantener mi foco en mi oposición.

¿Me contáis que repetís vosotras siempre que os ponéis a estudiar? Me encantaría saber que no soy la única rarita de la opopiña…

Gracias por leerme siempre. Un abrazo!!

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Qué comer para estudiar mejor

Llevo unos días muy cansada. No tiene nada de raro, trabajo mucho, tengo dos hijos y estudio cada día.

Si a esto le añadimos que no duermo todo lo bien que debería, la mezcla es una bomba que me deja “out” a las nueve de la noche. Aún así estudio mis tres horitas diarias, pero obviamente la información no se queda en mi mente con toda claridad. Si estuviera fresca, sería otro cantar como dice el sabio refranero español.

Buscando en internet y leyendo algunos libros me he dado cuenta de que mi alimentación también influye, y mucho.

Siempre he intentado comer bien, pero luego me rindo enseguida y voy a por chuches y cosas grasientas tipo patatas fritas, ganchitos…

Lo cierto es que como de todo. También como mucha verdura, pero naturalmente la cantidad de chuches es muy elevada. Por lo que los vegetales que coma, nunca compensaran las cantidad de guarrerias que picoteo.

Como mejorar la alimentación

Después de muchos fracasos en cuanto a la alimentación sana, he aprendido que el primer paso no es decir “el lunes empiezo…”

Tampoco es pesarse una mañana y decir: en un mes peso cinco kilos menos.

Con estas cosas lo único que he hecho todo este tiempo ha sido autoengañarme día tras día. Y sigo exactamente igual. Con sobrepeso, bastante sobrepeso, que también influye en el estudio.

¿Cómo influye? Pues negativamente. Os explico de que manera. Por el sobrepeso que tengo, padezco sacroielitis. Una enfermedad que afecta a la cadera y que duele muchísimo en dos posiciones. Estando quietos de pie y sentados con un angulo de 90 grados aproximadamente con el asiento. En esta última postura es en la que mejor estudio, pero por el dolor ha dejado de ser así. El dolor lo imposibilita.

También sigo con cansancio. Os comento como influye la mala alimentación en ello.

Como mucho y generalmente a deshoras, por lo que mi estómago no para de hacer la digestión. Lo que quiere decir que mi cuerpo está trabajando continuamente aunque yo no me mueva. Es decir, cansancio al canto.

Dicho esto, y yendo a lo que iba, el primer paso es mentalizarse. Pero hacerlo de verdad. Interiorizar la importancia de comer bien. Convencernos de que es real que la buena alimentación mejora nuestro rendimiento, físico y académico.

Es difícil, pero estoy segurísima de que lo conseguiré. Se trata solo de aprender.

Cómo saber que nos favorece y qué no

Hay mucha maneras de obtener información sobre cualquier cosa. Y ahora con internet no hay excusa. Nuestro amigo “Google” nos enseña todo lo que le pidamos.

Pero para mi la mejor manera de aprender sobre algo es leer. Por lo que siempre busco libros.

Ahora estoy inmersa en uno que se llama “Alimente su cerebro” que habla sobre como influye lo que comenos en nuestro cerebro y en nuestro estado de ánimo. Tengo alguno más en la cola. Tengo el vicio de acumular libros.

Éste que leo actualmente es muy esclarecedor. Explica con muchísima precisión y claridad la conexión entre el sistema digestivo y el cerebro. Lo que es lo mismo, como empleamos lo que comemos a la hora de estudiar. Y la verdad que es alucinante ver como está de relacionado, es increible.

Incluso en las enfermedades mentales, como la depresión o la ansiedad, es contraproducente comer mal. Hay alimentos que favorecen la segregación de hormonas como la serotonina, hormona de la felicidad.

Con todo lo dicho, ¿a quién no le apetece un plato de brócoli?

¡El lunes empiezo!

Un abrazo, gracias por leerme siempre!!

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Como estudio la oposición

Después de tanto tiempo estudiando y esperando una fecha de examen, llega un momento que una ha probado muchas técnicas de estudio. Véase.. de arrastre, pomodoro, vueltas…

Y la verdad que es aburridisimo. Tanto que ya no sabe una qué estudiar, qué leer, qué subrayar…

En mi caso, estoy esperando la fecha de un examen, de la convocatoria de 2019. Se hace muy largo, casi eterno. Muy pesado y tedioso. En definitiva, que he cambiado millones de veces mi manera de estudiar, mi sitio de estudio, ¡todo!

Os cuento un poco…

No tengo muchas horas efectivas o reales, a lo largo del día, para estudiar. Todas tenemos obligaciones. Las mías son mis niños, mi hogar, mi trabajo. Aunque la oposición es una prioridad importante, el tiempo es el que es. El día tiene 24 horas para todo el mundo.

Puedo decir, entonces, que tengo aproximadamente tres horas, siendo optimista. Las tres horas suelo usarlas al final del dia, porque rindo más y mejor al final de la tarde que al principio del día. Yo cuando me levanto necesito un buen rato para despertar, despejarme y espabilar mi mente. Por eso, curiosamente, al final del día mi mente está mas despierta. Esto es lo único que no he cambiado en tanto tiempo de estudio.

Incluso fui al instituto y universidad en horario vespertino.

Dicho lo cual, lo que hago en estas tres horas es:

  1. Leer lo que estudié el día anterior y repasar en mi cabeza, sin mirar los apuntes. (De hecho suelo llevarlo en mi mente a la cama sin querer, cosa no muy sana… no os lo recomiendo)
  2. Leer lo que voy a estudiar en el día de hoy. Lo leo las veces que considere necesarias para poder “medio entenderlo”. Por tanto, no todo lo leo el mismo número de veces. Depende de lo denso de la materia, lo leo más o menos veces.
  3. Subrayo, y subrayo mucho. Lo cierto es que me cuesta subrayar sólo lo importante. Para mí todo es vital, todo me lo tengo que aprender.
  4. Hago resúmenes. Tengo libretas específicamente destinadas a los resúmenes. ¿Cómo los hago? Aunque intento que sean lo más cortos posible, no lo consigo la mayoría de las veces. No es fácil sintetizar un mazacote enorme de apuntes. Todos los opositores sabemos como son de extensos nuestros temarios. Al menos para mí, es muy complicado. ¡Pero lo intento!
  5. Esquematizo sin mirar, ni los apuntes ni los resúmenes (que se parecen mucho a los apuntes, porque no sintetizo demasiado como ya os he dicho). Esos esquemas son oro para mí, los guardo para echarles un vistazo siempre que lo necesito.

Dato importante sobre mi manera de estudiar

Como ya he explicado antes estudio pocas horas al día, porque me es materialmente imposible estudiar más. Por eso tomé la decisión de escoger porciones pequeñas, mejor dicho, porciones realistas cada día. Es decir, me propongo metas que yo sepa que puedo cumplir.

Primero porque no soporto dejarlo a medias. Segundo porque tiendo a sentirme culpable si no lo acabo y entonces entro en un bucle negativo del que es difícil de salir, y que hace que mi concentración y mi motivación se vean mermadas. Es un círculo vicioso en el que es mejor no entrar, por eso… lo de escoger porciones cortas. Siempre hay tiempo de ampliar.

Así estudio hoy, mañana no lo sé… ya os contaré. Siempre cambio cada dos por tres. Pero lo importante es seguir adelante con mi sueño. No sé si conseguiré la plaza. Tengo interiorizado, que puede que sí o puede que no. Pero por falta de esfuerzo no va a ser..

¡Ah! Se me olvidaba contaros que muchas tardes cuento con la compañía de mi niña estudiando… Se sienta a mi lado y me imita. Isabel tiene 5 años. Escribe palabras, y las subraya. Y eso provoca en mi mucha alegría y motivación. Mi pequeña imita a su madre. Ya empieza a luchar!!

Contadme como estudiáis vosotras… Siempre está bien saber técnicas y métodos.

Gracias por leerme!!

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Opositando a los cuarenta

¿Es tarde para opositar?

Nunca es tarde si la dicha es buena. Ésta es la típica frase que decimos cuando nos decidimos «tarde» a hacer una cosa. Sea lo que sea.

También sirve para quienes empezamos a opositar después de los cuarenta…

Yo tengo 41 años, casi 42, dos niños, un negocio que acaba de arrancar. Una vida bastante estable y organizada en general. Por lo que, cuando dije en caa que iba a opositar, algunas personas pensaron que era demasiado tarde. Total… ya… ¿para qué?

Es un punto de la vida, en el que iniciar una carrera de este tipo, una carrera de fondo, levanta dudas, suspicacias, críticas, incluso juicios…

Yo hice caso omiso y continué. Hoy por hoy respetan mi decision. Y no sólo eso, también me apoyan y ayudan. Bueno, algunos siguen pensando que es un juego. Pero ellos hacen que crezcan mis ganas de tener un puesto de funcionaria.

Desventajas de opositar pasados los cuarenta

  1. Es muy probable que hayas perdido tu hábito de estudio. A mi me pasó así. No había vuelto a estudiar desde que acabé la universidad, con 23 años. Es decir, hay unos 16 años de paréntesis entre el fin de carrera y el inicio de mi oposicion. Hice algunos cursos del INEM pero nada que ver con estudiar a fondo una materia. Esto es un handicap, pero no es insalvable con mucho esfuerzo
  2. Si tienes hijos el estudio se hace muy complicado, a veces imposible. Yo tengo dos. Mateo de nueve años e Isabel de cinco. Ya son un poco independientes, pero aún así siempre necesitan a mami. Su padre trabaja fuera de casa… por lo que recurren a mi para todas sus necesidades. Tampoco es un obstáculo insalvable. Con paciencia conseguimos que ellos sean capaces de valerse por sí mismos para las cosas básicas del día a día, por tanto mami es necesaria en casos muy puntuales (y para mimos varios, que siempre estoy dispuesta a darles)
  3. A los cuarenta, si eres afortunado, tienes trabajo. Esto, que parece muy bueno, para opositar es una desventaja. Obviamente roba tiempo a lo largo del día para el estudio. Yo trabajo en casa, lo cual es una alegría porque me evito viajes y la pérdida de tiempo que eso conlleva. Por eso admiro tanto a todas las que trabajais fuera y además opositais. ¡Sois unas campeonas!

Ventajas de estudiar una oposición después de cumplir cuarenta

  1. Tenemos la cabeza bien amueblada. Se supone, sólo se supone, que uno con cuarenta años puede tomar decisiones de manera madura y sensata. Cuando somos más jóvenes nuestras ideas pueden fluctuar y con ellas la capacidad de decidir serenamente. Puedo asegurar que nunca tomé una decisión con total seguridad como opositar (después de la ser mami, claro). Obviamente he tenido altibajos en el tiempo que llevo estudiando, pero eso no quiere decir que sea esté firme en mis ganas de opositar y obtener mi plaza
  2. Estudiar es bueno para la mente. ¡Suena a trola eh! Pero es una manera de mantener la mente activa y con un objetivo más que bueno. Estudiar y leer, hacer ejercicio mental, y al final del todo tener un trabajo para toda la vida… Es una ventaja sí o sí. Si no decides estudiar, te recomiendo leer mucho. Lee cualquier libro o cómic o lo que sea que te guste. Ejercitar la mente es buenísimo y la libera de malos pensamientos.
  3. Con cuarenta años, se suele tener la vida resuelta. Ups, que frase tan fea. . Nadie tiene la vida resuelta, la vamos resolviendo cumpliendo nuestros sueños. Lo que quiero decir es que puede que tu vida, tu economía no dependa de esa plaza pública. Por lo que estudiarás de una manera más tranquila y sin presión. Esto, créeme, facilita mucho el estudio y la memorización. Para lo cual, dicho sea de paso, soy muy mala. Soy de números… y memorizar no es lo mío. Tardo siglos en memorizar una porción pequeña de la materia. Así que la disminuir la presión, me ayuda mucho.

Ahora, después de todo lo que he escrito, si tienes cuarenta años o más… es tu decisión opositar o no hacerlo. No te dejes llevar por las opiniones de los demás.

Acepta consejos. Retén los buenos.

Desecha los malos. ¡Y haz lo que tú quieras!

Desde mi opozulo tienes todo mi apoyo de estudiante de cuarenta y un años. ¡Se puede! No dudes en ponerte en contacto conmigo si crees que puedo ayudarte. Lo haré sin problema. Para eso estamos las opocompis.

Gracias por leerme!!!

Ángela

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¿Qué hay en mi escritorio ideal?

Escritorio bonito

Buen título, si tuviera escritorio… A ver si consigo que alguien se sienta representado con mi experiencia escritoril.

Me levanto un domingo, me dispongo a estudiar en el salón, puesto que mi marido duerme y no quiero despertarle. Silencio, concentración.

¡No! Mi niño se levanta y se pone a ver dibus en la tele. Adiós silencio, adiós concentración, adiós oposición.

Bueno… me voy a la cocina, cuando al cabo de un rato no muy largo, mi marido considera buena idea ponerse a hacer el desayuno…

Es decir, tengo un escritorio que se parece mucho al puesto de una feria, ¡es ambulante!

Pero a pesar de cambiar de sitio muchas veces, mi escritorio es el mismo. Cambia el sitio, no el contenido. Aunque he de confesar que desde que cree Opobox voy sumando cosas y restando espacio.

Mis imprescindibles cuando estudio

Soy de la opinión (desde muy pequeña) de que estudiar no es aburrido. Y si se nos hace aburrido en algún momento hay que cambiar el chip ¿Cómo? Yo pongo el escritorio lleno de colorines. Aunque no lo use todo.

Para mi es necesario tener rotus Stabilo. Tengo muchos otros, pero imprescindibles solo Stabilo ¡Esta marca nos crea muchas necesidades a las locas de la papelería! Sobretodo, necesito colores fluor. Me gustan más que los pastel. Aunque, como diría mi abuela, no hago ascos a nada. Lo cierto es que cada vez me van gustando más.

Otra cosa que no puede faltar jamás es mi flexo. Un flexo, azul y viejo, que se desplaza conmigo de habitación en habitación. No suelo sacarlo en mis fotos de Instagram porque es viejito y no es tan “cool” como los vuestros.. Pero es mi flexo, ¡no sin mi flexo!

Además siempre tengo algún juguetillo de mis niños, de Isabel principalmente. Un peluche, un muñequito. Ellos me recuerdan por qué me metí en este lío de opositar. Es vital no perder el Norte, y mis hijos son mi brújula.

¡Megaimportante! Necesito varias libretas. No puedo vivir sin libretas. Las necesito para respirar.

Ya os he contado alguna vez que estudio escribiendo mucho. De ahí que tenga al menos tres libretas. Una la uso para copiar a sucio, con una letra horrible (mi letra a limpio no es mucho mejor, pero yo veo la diferencia)

Otra para resúmenes y esquemas. Y otra, la más importante, para apuntar cosas esenciales del temario.

Para poner más colorido aún tengo las notas adhesivas de toda forma y color (a veces no muy prácticas, pero son tan monas…)

¡Ah! Desde que descubrí los bolis borrables MP no pueden faltarme ni loca. A parte de escribir genial y ser borrables, son súper cuquis. Mientras escribo en mi libreta este post uso uno con un tucán precioso.

Esto os va a extrañar mucho, pero en multitud de ocasiones necesito tener mi Ipad con alguna serie(casi siempre antigua) Ya se que la mayoría de las personas no pueden tener ningún ruido. ¡Ojo! Yo puedo tener series o música, pero no puedo tener a mis niños alrededor… entonces si que no podría estudiar.

Así encuentro la motivación

Pues sí, es una buena manera de motivarme tener en mi mesa lo que yo denomino “mis cositas”. En el salón, en la cocina, en el dormitorio…. donde sea, mis cositas van conmigo.

Creo que tiene que ver mucho con mi carácter rutinario. Necesito rutina en mi día a día, si no mi vida es un poco caos.

Creo que a todos nos pasa un poco lo mismo, Quizá tu mesa no tenga tantos rotus, ni pegatinas.. pero sí tiene “tus cosas”, esas con las que estás acostumbrado a estudiar. Cuando pasamos tanto tiempo estudiando, consciente o inconscientemente buscamos estar lo más agusto posible. Al fin y a cabo pasa lo mismo con todas las áreas de nuestra vida. Y para nosotros los opositores, estudiar es un área que forma gran parte de nuestra vida, o de nuestro tiempo.

Por ejemplo, cuando llegas a casa del trabajo buscas tus zapatillas y ropa favorita para estar cómodo en casa. Cuando nos vamos a dormir nos ponemos el pijama que nos resulta más confortable. Si estos lo trasladamos a nuestro tiempo opositoril, buscamos nuestros bolis, nuestro sitio, nuestra mesa, nuestras cosas.

¿Qué cosas necesitas tu para estudiar mejor? Cuéntamelas. Correré el riesgo de que me crees necesidades nuevas y tener que comprarlo.

Muchas gracias por leerme!! Ya sabéis que podéis contar conmigo, a través de cualquier medio

Si te gusta la papelería bonita como a mí, échale un vistazo a esta caja sorpresa de papelería:

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Mis pasos para conciliar mi familia con mi oposición…y Opobox

Cómo consigo estudiar, trabajar al mismo tiempo

Hola Opopiña, ¿cómo estáis?

Yo hoy tengo un día de esos pensativos. Me pasa a menudo que pienso demasiado. Lo hago porque no me gusta que se rompa mi brújula. Y si dejo de pensar, me dejo llevar donde quiera el viento. Y no es lo que deseo para mi vida.

Pues eso, que pensando y pensando, he reflexionado sobre lo más importante para mi.

¡Mi familia!

La familia no sólo se tiene, se disfruta. O así debería ser en mi opinión.

Por eso hoy os quiero escribir sobre conciliación. Una palabra muy usada pero poco practicada.

Conciliar estudios con familia.

Estudiar, trabajar, cuidar hogar y sobrevivir

Tengo dos hijos de 8 y 5 años. Ellos son mi vida, junto con su padre. No hay otro rato que disfrute más que el que paso con ellos. Pero, francamente, es súper difícil sacar ratos. Hay muchas obligaciones y poco tiempo.

Cuando comencé con Opobox tuve muchas dudas. Significaba que el día dejaba de tener 24 horas para tener muchas menos.

¡Qué estrés! ¡Qué trajín de vida!

Mis sábados se perdieron, y no los encontraba. Incluso comencé a sentirme mal, culpable. Cuando hablaba a mis hijos era para darles instrucciones. “Pon la mesa”, “recoge ese juguete”…

Pero eso se terminó. Decidí planificar mis tareas, de tal manera, que tuviera tiempo para ellos, tiempo para nosotros.

Estudiar y trabajar al mismo tiempo

Pasos para organizar mi vida familiar

  1. Conocer mis roles. Cada uno tiene sus propios roles. Y su propia mentalidad. Por tanto cada persona debe tener sus propias prioridades.
  2. Hacer una lista con los roles. En mi caso son: estudiante, emprendedora, madre, esposa, hija, hermana… Son muchos, ¿verdad? Creo que no sabemos todo lo que somos y hacemos hasta que no lo escribimos.
  3. Ordenar según la importancia que les damos. ¿Qué es lo que más te importa en la vida? ¿Cuáles son tus deseos? ¿Y tus preocupaciones? Según las respuestas que hayas hecho, redacta tus roles de manera ordenada, de mayor a menor importancia. Ésta sería mi lista: Madre, esposa, estudiante, emprendedora. ¿Ya tienes tu lista? Pues continuemos con el siguiente paso.
  4. ¿De cuánto tiempo disponemos? El día tiene 24 horas, eso es así. Pero no todas son efectivas. Para empezar no todo el día estamos activos. ¡Dormimos! Unos más, otros menos, pero todos necesitamos dormir para descansar nuestro cerebro. Empieza por restar aquellas horas en las que estás durmiendo (es bastante obvio, pero no siempre nos damos cuenta) ¿Trabajas fuera de casa? ¿Vas al trabajo por turnos? Resta las horas de trabajo y ten en cuenta el factor turno. Una vez que sabemos de cuánto tiempo efectivo disponemos será más fácil organizar nuestro día a día (pero ojo, siendo flexibles, la rigidez pone muchos límites)
  5. ¿De qué modo nos gusta disfrutar? ¿Con quién? Ahora nos toca decidir cómo, cuándo y con quién disfrutar la vida. Os cuento sobre mí. Mis personas favoritas son mis hijos y mi marido, mi día libre es el sábado y me gusta jugar con ellos. Así que, el sábado, salvo que algo mega importante se interponga, mi tiempo es para mí y mi familia. Por supuesto entre semana también paso tiempo con ellos, y tiempo de calidad. Comer todo juntos, sin tele es tiempo de calidad. Contar cuentos a mis hijos por la noche, es tiempo de calidad. Cocinar con ellos, con mucha precaución, es tiempo de calidad.

Conclusiones

En definitiva, si nuestros trabajos o estudios (o ambas cosas) no nos lo ponen fácil… tenemos que buscar la mejor manera de pasar el tiempo para nosotros.

La vida es algo más que pasar el día, o sobrevivir. Si la vida nos regala gente maravillosa, busquemos la manera de disfrutarla y aprender de ella.

No hacerlo, supone un estancamiento, no evolucionamos, no crecemos, no nos sentimos realizados.

¿Tienes responsabilidades?

¡Claro que sí! Pero no dejes que tu vida se convierta en una responsabilidad, haz que sea un sueño vivido.

Gracias por leerme siempre.

Un abrazo!!

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