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Como encontrar mi motivación

Después de tanto tiempo estudiando, meses o años, la motivación puede salir volando por la ventana. Y no siempre sabe como volver a casa. Y por mucho que la llamemos no vuelve..

Por eso yo intento atraerla con métodos, poco ortodoxos, la mayoría de las veces.

Supongo, que aunque piense de mis propias técnicas, que son raras, cada persona tendrá las suyas. También peculiares, pues son personales.

El asesinato de sócrates

Cosas que me motivan a estudiar a tope

  1. La primera es la más importante, y por decirlo de alguna manera, la más sensata. Recuerdo el motivo por el cual empecé a opositar. Tomé la decisión de ser funcionaria para tener un sueldo fijo para toda la vida, que me permita pasar tiempo con mis hijos y mi marido. No perder el motivo real de opositar, es importantísimo para mi, para mantener una regularidad en cuanto al estudio.
  2. Escucho música ¡y canto! Es decir, si un día llueve mucho debéis pensar que estoy desmotivada. Cantar revitaliza a cualquiera, creo yo. La música tiene mucho poder. Sobre todo el de intensificar nuestras emociones y sensaciones. En mi caso también hacer crecer o aparecer la motivación. Me pongo a Manuel Carrasco y ¡pa´rriba!
  3. Desconecto leyendo un buen libro. Da igual el género literario. Aunque prefiero leer novela negra o libros de autoayuda. En este momento no estoy leyendo ninguno de este tipo. Tengo entre manos “El asesinato de Sócrates”. Basado, obviamente, en la antigua Grecia. Es un buen libro porque hace descansar mi mente, y me pongo a estudiar con más ímpetu.
  4. Veo series antiguas. Es extraño, pero tiene su explicación. Cuando estudiaba, cuando era más joven, tenía algunas series que me encantaban. Todas españolas. Seguro que quienes tienen 40 años, aproximadamente, las conocerán. Os las digo, pero no os riais. ¿Recordáis “Hospital Central”, “El comisario”, “Compañeros”…? Pues estas series veía yo, mientras pasaba a limpio mis apuntes. Por eso cuando las veo, recuerdo aquel momento dulce de estudio y me motivo. ¡Soy capaz de estudiar como antes!
  5. Miro perfiles de Instagram de personas que estudian (de verdad). Soy de la opinión de que el entusiasmo se contagia. Conocer gente con las mismas inquietudes y preocupaciones, me encanta y me ayuda. ¿A tí también?
  6. Me pongo una fecha imaginaria de examen. Al empezar a estudiar una oposición nunca sabemos cuando será la gran prueba, nuestro examen. Se pierde, de esta manera, la noción del tiempo. Se desvirtua el objetivo de nuestro estudio. Por eso necesitamos, al menos yo, una fecha de examen. Una meta que se vea. Pues eso, que yo me invento mi propia fecha de examen.
  7. Le digo a mi hermana que “me pregunte la lección”. ¡Sí, como en el cole! Si mi herama me lo pregunta, tengo la “obligación” de estudiar antes. Es mi profe particular.
Motivarse para una oposición

Cero culpabilidad si la motivación no viene

Si, con todos estos truquitos, no consigo motivarme, intento no sentirme culpable. Si creo que, no estudiar, es un gran error por mi parte, entro en un bucle muy negativo. Una rueda de sentimientos negativos que no para de girar. Cuesta ponerle freno. Por eso intento que no empiece a moverse.

Es de vital importancia no sentirnos culpables. Si algún día no hay motivación, no hay y punto. Mañana será otro día.

¿De qué sirve machacarse por no estudiar? Sólo sirve para generarnos ansiedad. Y estudiamos aún menos. Es la pescadilla que se muerde la cola. Un círculo vicioso.

Por eso, busquemos la motivación. Pero si no viene, relax. Quizá hoy no es día de estudiar, sino de descansar.

Cuando menos lo esperemos aparece nuestra amiga…

¿Cómo os motiváis vosotras?

Gracias por leerme siempre!

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