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Como estudiar una oposición con tus hijos

Estudiar oposición con niños

Realizar un trabajo, teniendo hijos, es complicadísimo. Acoplar sus horarios a los nuestros, contar con las veces que se ponen malitos y necesitan, aún más de nuestra atención, estar pendiente de si hacen sus tareas…

Pero estudiar una oposición es aún más difícil.

Opositar requiere mucho tiempo (a veces años) y también dedicación y concentración.

Estas tres cosas son díficiles, casi imposibles, de conseguir cuando tenemos a nuestro cargo, bajo nuestra responsabilidad, a niños que tal y como dije antes, también necesitan su tiempo.

Yo batallé muchísimo con este “problema”. Sobre todo cuando Mateo e Isabel eran pequeños. Hoy tienen 10 y 7 años, respectivamente. Son menos dependientes de mi. Y es un poco más fácil estudiar con ellos.

He conseguido, con mucho esfuerzo por parte de ambas partes, involucrarles en mi camino de la oposición. La colaboración de mi marido también ha sido esencial. Principalmente, fue él quien decidió que ellos formaran parte de mis estudios. Si no puedes contra el enemigo, únete a él. Ese fue el lema inicial.

Cómo hacer que los niños colaboren en la oposición de manera activa

Os voy a contar qué hice yo para que mis hijos me “ayudaran”.

Lo primero fue tener una conversación “seria” con ellos. La seriedad de esta conversación depende de la edad del niño. Tampoco podemos exigirles más allá de su capacidad de comprensión.

Les expliqué que aunque pareciera que yo estudiaba, lo que hacía era trabajar para tener un puesto fijo que me permitiera pasar más tiempo junto a ellos (jugando, leyendo, pintando..) Mateo lo comprendió mejor, por su edad. Pero ambos se pusieron muy felices al pensar que mami iba a estar más tiempo jugando con ellos. Con eso soñamos todos.

Una vez interiorizada la conversación, les pedí ayuda para hacer mis horarios de estudio. Lógicamente ellos son parte activa de mi vida (la más importante) y de mi día a día. Mi organización diaria depende mucho de ellos. Así que no encontré mejores compañero de organización que ellos dos.

Intentamos cuadrar, lo mejor posible, su tiempo y el mío. Ahora ya forman parte de mi camino a la plaza. Y yo tan feliz.

Más tarde les pedí que me ayudaran a estudiar. ¿Cómo? Pensé en qué talentos tiene cada uno de ellos, para aprovecharlos, y no aburrirles. Es importante que se sientan partícipes, sin sentir presión. Una cosa es que nos ayuden y otras que sean responsables de nuestras carreras.

En el caso de Isabel aprovecho su creatividad. A ella le dí la labor de hacer títulos chulos, llenos de colorinchis. A ella le resulta reconfortante ayudarme, se siente muy contenta entre subrayadores y pinturas, y con total libertad para hacer mis títulos como más le gusten a ella. Y a mi me vienen genial sus colores, para romper la monotonía. ¡Matamos dos pájaros de un tiro!

Mateo es un niño que usa más la lógica y la razón. Por eso a él le toca preguntarme la lección a través de preguntas y respuestas escritas en flascards.

Es un profe muy duro, no me deja pasar una. Me viene genial un miniprofe con las cualidades de Mateo. Es rígido y crítico, como buen profe.

Les he prometido un fiestón si algún dia, no muy lejano, tengo mi plaza. Lo esperan como agua de mayo, porque se trata de ir a Disneyland, y este parque acumula lo mejor de Disney y lo mejor de Marvel. Son las temáticas favoritas de mis niños

Ojalá algún día os escriba un post sobre Disneyland París…

Es un método muy enriquecedor

Estudiar de esta manera es muy enriquecedor para los tres, para toda la familia. Trabajar todos juntos, cada uno conforme a su edad y capacidad, es lo mejor que puede pasarle a una opositora.

A veces es imposible conciliar la vida familiar con el trabajo y la oposición. Pero si podemos mezclar estas áreas de nuestras vidas, y que todos circulemos en la misma dirección, se hace más factible.

Con este método que seguimos en mi casa, los niños se sienten menos “solos”, sienten que son importantes en el sueño de mami, aprenden mucho. Todo son ventajas para ellos.

Pero también es ventajoso para mi. Creo que se puede aprender más de un niño que de mil adultos. Y eso hago yo con mis hijos. He aprendido resiliencia, tenacidad, compañerismo…

Te animo a que pruebes a “mezclarles” en tus cosas, a seguir tu camino con ellos. ¿Te facilitará la vida!

Cualquier consulta… ya sabéis donde estoy

Gracias por leerme!!

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