Cuando yo empecé a estudiar la oposición, fue un poco caótico. Cogí un temario de una academia, que me costó un ojo de la cara, y empecé a estudiar sin planificar y sin tomar las decisiones oportunas. Pensaba que era como en la universidad. Yo estudiaba sin rumbo fijo, a mi rollo.
Obviamente, fracasé en el intento. Para empezar, estudiar una oposición no se parece mucho a estudiar una asignatura de la carrera. Opositar significa que tienes que trabajar de manera ardua mucho tiempo, sin fecha de examen. Opositar sin pensar y planificar es un error.
Además, había perdido el hábito de estudio. Desde que acabé la carrera hasta que me puse a estudiar una oposición pasaron más de diez años. Y siendo sincera, ya no podía estudiar igual. Ahora soy más mayor, tengo dos hijos, un trabajo, una casa… Cuando estudiaba la carrera, sólo tenía que preocuparme de mi trabajo y mis estudios, porque vivía con mis padres.
De esta manera me di cuenta de lo importante que es adquirir el hábito de estudio y una vez adquirido ser constante. A veces cuesta mantener el ritmo, porque falla la motivación. O surge algo que nos despista.
Pasos para establecer un hábito de estudio
Por eso quiero contaros los pasos que seguí para adquirir el hábito de estudio para opositar con corrección.
- Establecí un horario de estudio. Lo primero es planificar el tiempo que se dedicará al estudio y establecer un horario realista (para evitar futuros sentimientos de culpabilidad). Es importante encontrar un horario que se adapte a nuestras circunstancias personales, considerando factores como el trabajo, la familia y otras actividades. Yo por ejemplo decidí, salvo contadas ocasiones, estudiar por la tarde-noche. Cuando los niños ya han cenado y no escucho de fondo el, tan temido, “mamiii”
- Establecí objetivos a corto y largo plazo. Es importante establecer objetivos de estudio a corto y largo plazo. Los objetivos a corto plazo pueden ser tareas diarias o semanales, mientras que los objetivos a largo plazo pueden ser la preparación para un simulacro o la finalización de un tema completo (no te atasques con un tema, si ves que no avanzas… empieza otro que puedas acabar con facilidad. Pero cuidado con abandonar muchos temas o nunca acabarás tu temario)
- Creé un ambiente de estudio adecuado. Es importante crear un ambiente de estudio adecuado, con buena iluminación (a ser posible natural) y una silla y una mesa cómodas (que no te hagan polvo las lumbares). También consideré el uso de herramientas digitales para facilitar el estudio, sobre todo la planificación. Yo utilizo la aplicación Trello.
- Intenté evitar distracciones (súper mega difícil teniendo dos hijos). Evitar mirar el teléfono, más que nada porque vivimos enganchadas a las redes sociales, además de ser todo un logro es muy buena medida para enfocarnos en los estudios. ¿Cuánto rato al cabo del día pasamos en Instagram o TikTok? Si todos los días miráramos las estadísticas de nuestro móvil, nos daríamos cuenta que es una locura el tiempo que pasamos metidas en las redes sociales. Y francamente, casi todo lo que hay en ellas, es mentira. Usar la técnica Pomodoro puede ayudarnos a evitar distracciones. Porque se trata de estudiar un tiempo (en el que no miramos tele ni móvil ni nada de nada) y después descansar unos minutos (ahí ya podemos hacer lo que queramos, es nuestro recreo)
- Ser persistente. Estudiar una oposición, como ya sabemos, es un proceso largo y exigente, por lo que es importante ser persistente (constante) y no rendirse antes las dificultades. Menos mal que nosotras somos unas guerreras, y las dificultades nos importan poco… Es importante recordar que el progreso en el estudio puede ser lento, pero cada pequeño paso es importante y contribuirá al éxito a largo plazo.
En definitiva, el hábito más importante al estudiar una oposición es la consistencia en el estudio. La planificación de un horario realista, la fijación de objetivos, la creación de un ambiente adecuado y la constancia en el estudio son los pasos fundamentales para establecer un hábito de estudio efectivo y productivo.
Como siempre digo, cada persona es un mundo. Tienes que ser realista, conocerte a tí misma y marcar tus objetivos. Nadie mejor que tu para decidir y valorar lo que supone opositar.
Muchas gracias por leerme siempre, Ángela
