Nunca me sentí tan emponderada como ahora
Cuando acaba el día estoy agotada. Algunos días no hace falta que llegue la noche para ir arrastrando mis pies. Pero este cansancio me hace sentir bien. Porque es un cansancio que surge de un trabajo y sacrificio deseado.
Durante mucho tiempo me sentía cansada y vacía. Puedo decir que esta sensación de vacio comenzó en la Universidad, eligiendo la carrera equivocada. Estudié Estadística..
Pero ahora soy muy afortunada, porque hago lo que quiero. Naturalmente, no todo es color de rosas. Tengo momentos malos, como todo el mundo. Pero pocos, muy pocos.
Pasos para sentirme realizada
Después de un tiempo de reflexión soy consciente de los factores que han influido en mí, para conseguir hacer lo que me gusta. Voy a hacer una pequeña lista:
- Rodearme de la gente adecuada. Hace quince años que me enamoré de mi marido. La mejor persona del mundo. El me ha impulsado a segur mis deseos, siempre con los pies en el suelo. Seguir muchísimos de sus consejos y aceptar siempre su ayuda, ha sido esencial en mi camino a la autorrealización. Es muy importante no dejarse llevar por críticas no constructivas. No absorber los miedos de otros, es crucial.
- Cambiar el chip. Dejar de pensar que la vida es lo que nos ha tocado. La vida es lo que queremos que sea, con matices. No podemos controlar nuestras circunstancias, pero sí podemos mandar sobre nuestra actitud. Yo dejé de pensar (casi siempre) en que la vida es dejar pasar el tiempo y tomar las decisiones que yo quiero tomar.
- Dejar de valorar lo exterior y mirar más en mi interior. Muchas veces me cegaba querer tener otro coche, una casa más grande, casi de manera inmediata. Estaba en un error tremendo. No es malo desear cosas, lo malo es idolatrarlas de tal manera que se vuelven más importantes que nosotras mismas.
- No hacer caso de medios días, habiendo días enteros. Es decir, ignorar los consejos de personas que no nos importan. Hay gente que ni nos conoce y se atreve a darnos consejos sobre nuestras decisiones. Cuidado, coge lo bueno, suelta lo malo.
- Aprender que por mucho que se afirme algo mil veces, no se convierte en verdad. He escuchado millones de veces que hay que resignarse con nuestro trabajo. ¡De eso ni hablar! Interioricé que puedo resignarme o no a que no me guste mi trabajo, es mi decisión. De nadie más. Es tú decisión.
- Conocerme a mí misma. No fue fácil empezar, y mucho menos continuar, el proceso de autoconocimiento. Conocer mis fortalezas y debilidades fue crucial para cambiar mi manera de ver la vida y perseguir mis sueños. A veces fue duro ver ciertos aspectos de mi interior más profundo, pero ahora me siento genial.
- Aprendí que sí puedo rendirme. ¡Por supuesto que podemos rendirnos! También es nuestra decisión. Yo elijo rendirme o continuar luchando. Mis sueños no son más importantes que yo. Mi salud mental está por encima de mis deseos. Me permito parar, para después continuar o dejarlo para siempre.
- Aprendí que, por encima de ser madre, hija…, soy mujer, soy persona individual. Y como tal, necesito mi tiempo y mi espacio. La autorrealización conlleva independencia.
Autoestima, esa gran desconocida
Lo más importante de todo para sentirme realizada o satisfecha conmigo misma, es quererme. No siempre lo hice y fue la peor época de mi vida. En el momento en que empecé mi terapia psicológica, y supe que era el amor por uno mismo, todo comenzó a cambiar en mí.
El proceso de autorrealización estaba en marcha, y aún no ha parado…